Después de tantos años todavía puedo recordar mis días en el colegio. Sobre todo cuando eran los primeros días de cada curso, porque normalmente siempre te compraban material escolar nuevo que podías estrenar, como las carpetas con anillas personalizadas con los dibujos que a cada uno nos gustase más. Si no recuerdo mal en mi carpeta de anillas salía la foto de un coche de la fórmula 1 que me encantaba, es más, creo que todavía conservo esa carpeta de anillas. Pero lo que de verdad te gustaba de volver a comenzar el curso escolar era el poder estar cada día con tus amigos de clase, que por lo general no los podía ver durante todo el verano. El verano cuando era un niño estaba bien pero no tenía a nadie con quién jugar salvo mis hermanos que normalmente no querían jugar a los mismos juegos que quería jugar yo.
Cuando las clases ya retomaban su ritmo normal era cuando el colegio ya no era tan divertido y además nunca es que haya sido un gran estudiante, era más bien normalito tirando a mal estudiante. La cuestión no era que no me gustase estudiar, era que era un vago y a día de hoy las cosas no han cambiado mucho, me sigue dando mucha pereza hacer bastantes cosas.
Otra de las cosas que me gustaba cuando era un niño de volver a empezar el curso escolar era que también comenzaban las competiciones deportivas entre colegios. En mi clase éramos bastantes chicos por lo que tuvimos que hacer varios equipos para que todos pudiésemos tener más o menos los mismos minutos, y además competimos entre nosotros ya que los tres equipos jugábamos en la misma liga. Nunca nos había gustado más una liga, ya que teníamos varios derbis al año en el que lo dábamos todo en los partidos. Pero una vez que acababan los partidos volvíamos a ser todos amigos, y durante la semana comentábamos dichos partidos.
Menos mal que ya no tengo que volver al cole porque con lo perezoso que soy hoy en día no creo que lo llevase demasiado bien.