Si estás pensando en hacer una ruta de senderismo en Cíes tienes dos formas de organizarla. Todo dependerá de tu personalidad y de lo que realmente quieras hacer:
-Si eres una persona previsora a la que le gusta tener todo bajo control, puedes hacerte con islas cíes mapa en el que estén señaladas las rutas de senderismo. Hecho esto, puedes hablar con la gente que va a ir contigo para conocer su nivel de forma física y la experiencia que tienen realizando rutas. Como buen organizador, sabrás que debes adaptarte al nivel más bajo del grupo y elegir una ruta que todos podáis llevar a cabo. Prepara bocadillos y botellas con agua para todo el mundo. Las botellas rellenables y térmicas para que el agua se mantenga fría. Y no olvides una bolsa para recoger toda la basura. Haz una lista con la mejor ropa en función de las previsiones del tiempo y envíala a todo el grupo. Por supuesto, reserva con tiempo las plazas para poder ir a la isla, porque el cupo de visitantes es limitado. Hecho todo esto, queda con la gente, haz un pequeño control para ver que todo el mundo lleva todo lo necesario y ¡al barco!
-Si eres una persona optimista, de las que creen que todo lo que pueda salir bien saldrá bien y no te gusta planificar, tal vez llegues al día de la ruta y tengas que cancelarla, porque si no has reservado tu plaza no podrás comprar billete de barco. Pero si esta parte sí la has controlado, mete a tus amigos en el barco y, una vez en la isla, dirigíos al puesto de información para pedir mapas y que os hablen sobre las posibles rutas de senderismo. Rápidamente, haz una encuesta y decidid qué ruta se va a hacer, os vais al bar, compráis bocadillos y agua… y ¡a disfrutar! Seguro que alguien ha llevado crema protectora para todos y si alguien se olvida del gorro siempre se puede atar la camiseta en la cabeza.
Dos maneras de disfrutar de la isla que pueden salir igual de bien y resultar muy divertidas. Porque lo bonito de las Cíes es vivirlas, sin tener que preocuparte de si vas a hacer toda la ruta o te vas a volver a la mitad porque te has cansado o si cambias de idea en el último minuto y te quedas en una bonita cala a tumbarte a la bartola todo el día.