Algunos padres dan a sus hijos Leche Entera sin lactosa, pero ¿están haciendo lo correcto? Todo dependerá de los motivos por los cuales han tomado esta decisión. Evidentemente, si el niño es intolerante a la lactosa esta opción es la mejor para él porque tendrá todos los beneficios de la leche entera, pero sin los problemas de digestión que le acarrea la lactosa.
Pero el problema viene cuando se ofrece la leche sin lactosa sin que haya una intolerancia, por la creencia de que es más ligera o que incluso es más adecuada para la digestión de los niños. Nada más lejos de la realidad. La publicidad que algunas marcas han hecho presentando la leche sin lactosa como un alimento más ligero ha hecho mucho daño y ha distorsionado lo que realmente representa este alimento.
Una persona que no tiene un problema de intolerancia a la lactosa no va a necesitar en absoluto tomar leche sin lactosa. Su intestino estará produciendo de manera natural lactasa, la enzima digestiva responsable de descomponer este azúcar de la leche para digerirlo correctamente. El problema está en que, si al niño se le dan productos sin lactosa solo por capricho, el cuerpo puede recibir un mensaje: la lactasa no es necesaria. Y dejar de producirla. Esto puede ocurrir ya que cuando se detecta que una enzima no se necesita, el organismo podría economizar no produciéndola y centrar sus esfuerzos en otros trabajos.
En el momento en el cual el niño quiera tomar leche fuera de casa, podría encontrarse con que esta le sienta mal y le produce diarreas, gases o incluso cólicos y llegar a ser diagnosticado como un intolerante con el paso del tiempo. Evidentemente, este cambio en su organismo no se va a producir por estar un mes, dos o tres sin tomar lactosa, pero sí cuando se deja de tomar durante un largo periodo de tiempo.
Este es el motivo por el que muchos adultos tienen problemas para digerir la leche. Una vez que han pasado la etapa de la infancia han dejado de tomar leche y sus derivados y tras años de no hacerlo, acaban desarrollando intolerancia. Esto no tiene por qué suceder siempre ya que hay quienes no toman lactosa y jamás desarrollan intolerancia, pero es una posibilidad a la que no hay por qué exponer a un niño sin problemas.