Hace pocos años la única opción para que un cliente pudiera contactar con una empresa de manera directa era por teléfono. Existía la correspondencia postal, pero no se utiliza habitualmente cuando se quiere una respuesta ágil a un problema.
Las empresas grandes descubrieron que era mucho más rentable externalizar el servicio de atención al cliente para no tener que poner en nómina a un alto número de telefonistas, lo cual no sería rentable. Así, comenzaron a depender de los Call Center que también se ocupaban de campañas de venta por teléfono y de cualquier otra acción para la que ese aparato fuera imprescindible.
Pero con el paso del tiempo, la manera en la que el cliente o posible cliente y empresa contactan entre sí ya no es la exclusivamente telefónica. Estamos hablando de que también se pueden conectar a través de Internet, ya sea mediante un mensaje de mail, un mensaje de texto o un mensaje en la Web o el foro de la empresa.
Así, el Call Center se quedó pequeño para todos estos requisitos y muchos de ellos se reciclaron en empresa contac center barcelona. Una empresa Contact Center es muy parecida a un Call Center, solo que amplía los canales de comunicación, pudiendo llevar a cabo campañas mucho más completas y más exitosas o dándole al cliente más y mejores opciones para poder comunicarse con la empresa.
El personal de estos Contact Center está acostumbrado a manejarse por todos estos canales y puede atender desde un mensaje de texto o de WhatsApp hasta los mails. Por supuesto, siempre con una gran profesionalidad y empleando un lenguaje apropiado para el tipo de canal en el que se mueven.
Gracias a todos estos servicios las empresas se ahorran una gran cantidad de dinero y se quitan de encima lo que para ellas es un problema, tanto por el número de empleados que necesitarían como por el espacio que estos ocuparían.
Es muy importante que el personal que atiende los diferentes canales de comunicación de un contact center esté bien formado. Por eso, en muchos casos se les ofrecen imparten cursillos antes de realizar una campaña para que sepan qué es lo que tiene que hacer y qué imagen quiere la empresa que se proyecte.
Por ejemplo, una empresa que tiene productos orientados a un público muy joven puede utilizar un lenguaje más fresco y desenfadado que una que se dirige a la tercera edad.