Todo ha cambiado en el barrio últimamente. Desde que yo llegué a vivir aquí, un gran descampado estaba pendiente de edificar. Se trataba de una gran parcela pero con el tema de las crisis se había quedado sin edificio. Pero hace un par de años se pusieron a pleno rendimiento y ya la han abierto. Al principio entraron solo unos pocos, pero ya está bastante llena. De hecho, varios vecinos de nuestro edificio se mudaron a la nueva urbanización. El caso es que la presencia de todos estos nuevos vecinos ha cambiado el ritmo de esta parte del barrio.
Estamos en un barrio alejado del centro y, además, nuestra zona está alejada del centro del barrio con lo cual es todo un poco aburrido y solitario. No es que a mí me importe mucho, pero es verdad que a veces parece como esas escenas de las películas del Oeste con esas bolas rodadoras. Pero con la llegada de los nuevos vecinos algunos empresarios han visto que hay mercado para algunos locales, empezando por la hostelería.
Cerca de nuestro edificio siempre ha habido tres locales. Uno de ellos llama mucho la atención por sus enormes sombrillas hosteleria y se dedicaba hasta ahora en exclusiva a comidas de lunes a viernes para las empresas de la zona. Los fines de semana permanecía cerrado. ¿Qué restaurante cierra los fines de semana? Cosas de mi barrio.
Otro es una local que ha cambiado varias veces de denominación. Fue un restaurante portugués y ha pasado a ser una hamburguesería. Por el medio, llegó a tener un cartel que aparentaba bar de copas, pero no llegó a fructificar. No sé quién iba a tomarse una copa aquí, tal vez la planta rodadora.
Y, por último, otro local más nuevo con una terraza chulísima que ha copiado las sombrillas de la hostelería al restaurante. Pero este local abrió antes de que la urbanización terminara de construirse y llegó a cambiar de dueños. Una pena que no esperase un poco porque ha terminado siendo un verdadero éxito. Siempre está a reventar. Y ya están edificando en el local de al lado. Todo indica que será otro café.