Galicia es famosa por contar con muchos atractivos para sus visitantes, entre los que destaca su rica gastronomía. Para muchos, pensar en Galicia es pensar en mariscos y, con ellos, en grandes cuentas en restaurantes. Pero no todos los mariscos son caros, aunque sí resultan siempre absolutamente deliciosos.
Los mejillones son un marisco que siempre está a muy buen precio, que está muy bueno sin tener que realizar ninguna preparación especial pero que, además, puede cocinarse de tantas formas diferentes que podría consumirse toda la temporada sin aburrir nunca.
Podemos comer el mejillón cocinado al vapor, con una hoja de laurel y un poco de limón. Podemos comerlo en salpicón, a la vinagreta, encebollado o en croquetas. Por supuesto, tampoco falta la empanada de mejillones, con todo su sabor y encanto.
Pero pese a comerlo de tantas formas, incluso para muchos gallegos es un absoluto misterio de dónde salen los mejores mejillones que llegan a sus mesas. Y la respuesta está en las Rías Baixas, en algunas áreas destinadas a lo que se ha dado en llamar, el cultivo marino del mejillón.
Las bateas de mejillones son instalaciones en el mar preparadas para que los mejillones crezcan y se reproduzcan. En rías como la de Vigo son una constante en el paisaje y gracias a la riqueza de las aguas y a los cuidados de los que gozan, los mejillones que se obtienen son deliciosos y de una gran calidad.
Para muchos visitantes y también para gente de Galicia que desconoce este tipo de producción, en muchos casos por ser de interior, resulta muy estimulante el poder verlo en vivo y en directo realizando un paseo en barco. Y, por eso, en la ría de Vigo existen barcos que realizan recorridos por las bateas mostrándolas.
Durante la ruta, se les cuenta cómo se cultiva el mejillón en esta zona y se narran curiosidades muy interesantes sobre el producto. Por supuesto, en este tipo de excursiones no puede faltar la degustación del producto que siempre merece la pena.
Y para los que se queden con ganas, una vez terminada la excursión y en cualquiera de los restaurantes de la costa, se puede disfrutar de un delicioso plato de mejillones con una copa de vino del Albariño, uno de los mejores acompañamientos para este plato. O comprarlos en la plaza, más frescos imposible, y cocinarlos en casa dada la facilidad de su preparación.