Todavía puedo recordar mi primer viaje en barco, fue con mi clase del colegio cuando todavía éramos unos niños pequeños y el viaje consistía en cruzar la ría en el barco a cangas. Es cierto que es un trayecto muy corto desde Vigo, pero para unos niños aquello era como viajar a otro país. Esos primeros años que estuvimos en el colegio fueron los mejores años y tengo unos grandes recuerdos de esos tiempos. Y en el colegio no solamente nos llevaron en nuestro primer viaje en barco sino que también nos llevaron en nuestro primer viaje en tren. Por lo que me he podido enterar, los viajes en tren para los niños pequeños con sus colegios todavía los hacen, y se puede ver a los niños en la televisión cómo disfrutan del viaje y después a veces entrevistan a los niños para ver que les ha parecido el trayecto y es raro encontrar a un niño o niña que no le haya gustado la experiencia.
Años después en mi último año en el colegio, fuimos al viaje de fin de curso y en ese viaje fuimos hasta la isla de Tenerife y por consiguiente tuvimos que viajar en avión, que hasta ese momento nunca había montado en uno. En toda mi vida he hecho tres viajes en avión y me gustó mucho hacer el primer viaje con mis amigos de clase del colegio a los que considero mi familia. Como podéis comprobar con el colegio he podido experimentar cómo eran la gran mayoría de transportes a los que teníamos acceso en esos tiempos y todos ellos me parecieron una experiencia genial, solo nos faltó que nos llevasen en globo aerostático que es una de las pocas formas de transporte que me faltan por probar. Doy gracias a mis padres por haberme mandado a un colegio, que en palabras normales podría considerarse muy familiar, ya que estudiabas con la misma gente todos los años porque solamente había un aula por curso, de este modo los vínculos entre los compañeros de clase son más fuertes y por eso considero a mis compañeros de clase como parte de mi familia