Para los que vivimos en los barrios del extrarradio de Madrid, el centro puede llegar a ser casi un desconocido. Te acostumbras a hacerlo todo en el barrio y bajar al centro ya no es una prioridad, sobre todo a medida que cumples años y ya no tienes tanta necesidad de rodearte de muchedumbres y dejarte ver. Y estos últimos acontecimientos han intensificado esta tendencia a mirar hacia dentro. Esto tiene sus pros, pero también sus contras.
Entre sus ventajas está conocer mejor lo que tienes más cerca, hacer ‘cultura de barrio’ y contaminar menos que tampoco está mal, pero también es cierto que, de vez en cuando, apetece darse una vuelta por las zonas más míticas de la ciudad. Así que aprovechando unas pequeñas vacaciones nos hemos lanzado de nuevo a descubrir el centro de la ciudad. Y una cosa que apenas ha cambiado es el tráfico que sigue tan intenso como siempre. Por eso, siempre antes de entrar en el centro, buscamos un Parking Madrid centro para que nos resulte más fácil la tarea.
En el futuro cada vez será más complicado entrar con un vehículo privado en el centro de la ciudad y me parece normal. Las ciudades deben volver a plantearse desde una óptica humana y no desde el punto de vista de los coches. Los tiempos cambian y de aquí a unos años a buen seguro que el centro de las ciudades estará mucho menos contaminado, tanto a nivel ambiental como acústico.
Pero mientras llega ese día, nosotros bajamos en coche no sin antes tener bien apuntado un Parking Madrid centro. Porque no todos son iguales, eso también hay que decirlo. Los hay más agradables y menos agradables, más baratos y no tan baratos. De cualquier manera, en estas incursiones por el centro de Madrid hemos vuelto a disfrutar de una ciudad que activa a cualquiera, por muy alicaído que te encuentres. Y es que esta ciudad es pura energía, sobre todo cuando llega la primavera y el calor aprieta, pero no ahoga todavía, el momento más dulce de la capital.