¿Cuáles son los beneficios del mármol sintético?

El mármol sintético comparte muchas de las características de la roca metamórfica que reproduce, sin desventajas como el precio elevado o el mantenimiento exigente. Esta piedra artificial, que se comercializa en múltiples colores y texturas, presenta un acabado pulido y reluciente, idóneo para revestir pavimentos, escaleras y otras superficies.

La fabricación de mármol artificial consiste en mezclar minerales granulados y resinas de poliéster como el cuarzo o la marmolina, como parte de un proceso químico más amplio que involucra el endurecimiento y moldeado del producto resultante.

Una ventaja clara del mármol sintético frente al natural es su relación calidad-precio. En proyectos de reforma y de construcción, constituye una opción más económica gracias a su accesibilidad, pues las reservas de mármol no son ilimitadas y su extracción conlleva un coste elevado.

Por su origen, pudiera pensarse que el mármol sintético es incompatible con el cuidado del medio ambiente. Al contrario, sus productos son eco-friendly y participan, de hecho, del aprovechamiento de residuos como las botellas PET. De ahí que el uso de este material armonice con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).

En términos de salubridad, este tipo de mármol es una inversión acertada. Su integración en baños, cocinas y otras estancias garantiza un plus de higiene, en razón de sus cualidades antibacterianas, capaces de detener la acumulación de microorganismos.

En general, los revestimientos de piedra natural requieren un mantenimiento costoso y son vulnerables a los productos abrasivos, el mármol sintético es fácil de limpiar. Asimismo, su superficie no se deteriora con la aplicación de jabones y detergentes suaves.

Otra propiedad interesante del mármol artificial es la vida útil, más prolongada que otros revestimientos sintéticos y, por supuesto, que el mármol original. Esto es posible gracias a su capacidad para soportar la humedad y la acción de la radiación solar sin agrietarse, decolorarse o sufrir otros desperfectos.