De vez en cuando tengo que acompañar a uno de mis amigos a hacer sus mediciones para las tasaciones, ya que es topógrafo aunque él de vez en cuando diga que es arquitecto. Un día me pidió que le llevase a un pueblo de orense, ya que él no tiene carnet de conducir, para tasar negocio, pero al final había que medir la superficie real de la nave en la cual se encontraba el negocio. Lo malo de ir hasta allí es que pierdo toda la mañana y a lo mejor solo cobro veinte euros que no me llegan ni para la gasolina, pero como es hacerle un favor a un amigo me tengo que aguantar.
Menos mal que él casi siempre va a estos sitios con otro de mis amigos, ya que entre los dos se han hecho una pequeña cooperativa, ya que entre los dos pueden abarcar mucho más mercado que uno solo, lo que les beneficia a ambos. Pero cuando mi otro amigo no puede ir o está ocupado con uno de sus asuntos me toca ir a mí, aunque espero que se saque pronto en carnet de conducir. Lo que es más complicado es que se llegue a comprar un coche, ya que es un tío bastante tacaño y le cuesta soltar el dinero, y además tiene miedo de conducir, cuando viene conmigo se agarra al asa que hay sobre la puerta del coche con tal fuerza que puedo oír cómo le trisca la mano. No hace muchos días me ha contado que su novia le ha engañado para que haga su primera práctica, pero por lo que me contó lo que hizo no puede considerarse una práctica. Me dijo que sin tener la marcha puesta levantó los pies de los pedales, y estoy completamente seguro de que estaba completamente asustado y solo se movió un par de metros. Menos mal que tiene una novia con coche que le lleve a hacer prácticas, porque en mi coche no las iba a hacer, ya que mi coche es casi lo que más quiero en este mundo y no puedo dejar que me lo rompa.