Ya hacía tiempo que veníamos tonteando con la idea de comprar una caravana, pero nunca nos decidíamos. Tanto mi mujer como yo viajamos en caravana cuando éramos unos niños así que ya teníamos algo de experiencia. Pero no estábamos seguros de que a nuestras niñas les fuese a gustar teniendo en cuenta que los primeros viajes han sido de estilo tradicional: coche y hotel. Así que un día fuimos con ellas a una feria especializada en caravanas para ver cómo reaccionaban. Y les gustó, lo vieron como una aventura nueva.
Claro que no es lo mismo entrar en unas cuántas caravanas relucientes y pasear un poco que pasar un mes durmiendo en ella. Pero bueno, ellas nos dijeron que sí y nos pusimos manos a la obra. Aprovechamos aquella feria también para anotar algunas opciones y ver que marca de caravana comprar. Lo cierto es que yo soy bastante ‘marquista’, no tanto porque me guste llevar cosas de firma, sino porque me gusta conocer a fondo las empresas que fabrican los productos que yo uso, desde unas zapatillas a un móvil o un coche. Pero en este tema de las caravanas estaba un poco pez, como se suele decir.
Sí que recuerdo hasta la marca de la última caravana que tuvieron mis padres. La habían comprado de segunda mano, pero en muy buen estado. De hecho, cuando los hijos dejamos ya de viajar con ellos, todavía la siguieron utilizando hasta que al final la volvieron a revender. Y aunque algunas marcas aún sobreviven de aquella época, muchas nuevas han aparecido.
No es que me guste mucho preguntar a los vendedores en ningún ámbito. Cuando voy a una tienda de ropa me entra pánico si llega alguien a atenderme: prefiero hacerlo yo solo sin que me molesten y, si tengo alguna duda, ya pregunto. Pero en este caso sí que aproveché la feria para ponerme al día y tener más claro que marca de caravana comprar. Un chico muy amable y con mucho control sobre el tema me hizo un resumen rápido de lo más importante que había en el mercado. Ahora nos toca decidir.