La tacita de plata y sus parkings 

Llevaba casi una hora dando vueltas por Cádiz Centro intentando encontrar aparcamiento. Mirara donde mirara, había coches aparcados uno al lado del otro y parecía que nadie estaba dispuesto a ceder su preciado sitio. Empezaba a sentirme frustrado y casi dispuesto a irme a casa cuando algo me llamó la atención. Era una señal de aparcamiento donde podrá reservar parking Cadiz centro sin problemas. 

 

Me detuve rápidamente y saqué la cartera del interior del coche, ansioso por aprovechar la oportunidad. Después de asegurarse de que llevaba suficiente dinero, me dirigí hacia la entrada de lo que parecía ser un gran garaje subterráneo con docenas y docenas de plazas disponibles.  

 

Tardé un poco, pero al final conseguí encontrar una plaza vacía lo bastante cerca como para no sólo aparcar el coche con seguridad, sino también poder salir fácilmente cuando lo necesitara. Con el alivio inundando mis venas, pagué mi plaza reservada en la recepción antes de volver a mi vehículo, donde me sentí asombrado por lo fácil que había sido todo hasta entonces. 

 

A partir de ese momento, cada vez que quería o necesitaba visitar Cádiz Centro, todo lo que necesitaba era un pequeño desvío seguido de unas rápidas maniobras en cuanto entramos en el garaje: ¡se acabó el buscar aparcamiento sin parar! No hace falta decir que tener esa tranquilidad hizo que visitar esta bulliciosa ciudad fuera mucho más agradable que antes y ahora cada viaje se ha convertido en recuerdos agradables en lugar de estresantes llenos de ansiedad por encontrar un lugar seguro pero lo suficientemente conveniente para aparcar nuestro coche sin preocuparnos de que se lo lleve la grúa o cualquier otra cosa que pueda venir junto con el aparcamiento en la calle aquí en España.