La leche ecológica, el sabor más auténtico

La leche ecológica procede de vacas que se han alimentado de pasto principalmente. Por eso, es leche con un sabor mucho más auténtico, tanto en sus variedades de leche entera como de leche desnatada Ecológica.

Esta leche tiene una característica muy importante y es que sus valores pueden variar en función de la época del año, ya que se corresponde con lo que las vacas comen y no es igual la cantidad y la calidad del pasto en primavera, cuando pueden pastar libres y comer directamente de los campos, que en el crudo invierno cuando tienen que permanecer en el establo y alimentarse de pasto previamente recogido.

La leche ecológica garantiza el bienestar del animal, ya que no se le pueden dar piensos a no ser que sea necesario para su alimentación debido a carencias o a la ausencia estacional de pasto, ni se les puede tratar de modo alguno para que den más cantidad de leche. El uso de antibióticos está mucho más controlado, ya que no pueden tener una función preventiva, sino que se aplican exclusivamente cuando hay una enfermedad que lo justifique.

Además, hay que respetar un periodo entre el parto y la siguiente fecundación para garantizar que la vaca se recupera totalmente, evitando así que el animal se vea sobreexplotado. Las vacas que viven de este modo están mucho más relajadas y llevan una existencia más plácida y natural, lo que aumenta mucho la calidad de la leche.

Por supuesto, la leche ecológica también suele respetar las condiciones de trabajo y de vida del ganadero, por lo que este suele recibir un precio justo por el producto, que lógicamente es más caro de producir ya que, entre otras cosas, cada vaca va a dar menos leche y hay que contar con espacios para el pastoreo debidamente acondicionados.

Esta es la razón por la que esta leche cuesta más en el supermercado. Como se puede ver, no se trata tan solo de un nombre para quedar bonito y cobrar más, sino que hay razones de peso que justifican la diferencia entre el coste de la leche normal y el de la leche ecológica. Ahora, es cuestión de decisión personal si se quiere beber una leche de gran calidad pagando lo que realmente vale y todo el trabajo que hay detrás de cada brik que se coge en la estantería de un supermercado.