El primer día de colegio

Mi hijo pequeño estaba emocionado por su primer día de colegio en O Caballiño. Habíamos acabado de mudarnos a la ciudad y estábamos seguros de que todo sería perfecto. Llegamos temprano al colegio para asegurarnos de que no nos perdíamos, pero después de un rato esperando, nos dimos cuenta de que algo estaba mal. ¡Las puertas estaban cerradas!

Comenzamos a preocuparnos y le pregunté a otro padre que estaba allí. Me explicó que ese día era una fiesta local y que el colegio estaba cerrado. En ese momento, mi hijo comenzó a llorar. Se sentía desanimado y pensaba que no tendría amigos en esta nueva ciudad.

Intenté calmarlo, le dije que no se preocupara y que encontraríamos algo divertido que hacer juntos. Así que decidimos ir a caminar por la ciudad y ver qué podíamos encontrar.

Después de caminar por un rato, encontramos una feria local. Nos acercamos y mi hijo se emocionó al ver todos los juegos y atracciones que había. Comenzó a correr hacia la atracción más grande, pero en ese momento, se resbaló y cayó al suelo.

Nos acercamos rápidamente para asegurarnos de que estaba bien, pero cuando lo levantamos vimos que tenía una gran mancha de barro en su ropa. No podía dejar que mi hijo pasara todo el día con la ropa sucia, así que buscamos la manera de solucionarlo.

Nos dirigimos a una tienda cercana y compramos ropa nueva para él. Mi hijo estaba emocionado por su nuevo atuendo, pero yo estaba preocupado por el gasto inesperado. Después de un rato, nos dimos cuenta de que era hora del almuerzo. Fuimos a un restaurante local y ordenamos comida típica de la ciudad. ¡Estaba deliciosa! Mi hijo disfrutó mucho de su comida y se divirtió probando cosas nuevas.

Regresamos a casa después de un día lleno de aventuras. A pesar de que el colegio estaba cerrado, pasamos un día maravilloso en O Caballiño. Mi hijo se dio cuenta de que esta nueva ciudad podría ser divertida después de todo.

Aunque el primer día de colegio en O Caballiño no salió según lo planeado, fue una aventura inolvidable llena de emociones y sorpresas. Descubrimos una feria local, compramos ropa nueva y probamos comida típica de la ciudad. Fue una experiencia que nunca olvidaremos y una forma perfecta de comenzar nuestra vida en esta nueva ciudad.