El vecino fúnebre

Nunca me acostumbraré a vivir en una urbanización como esta. Es pequeña, vive poca gente y todo el mundo parece conocerse. Hasta ahora había vivido en pisos tradicionales sin zonas comunes, porque esa es la diferencia principal entre una urbanización y un piso, ¿no?: las zonas comunes.

Nosotros no hacemos uso apenas de estos espacios, ni siquiera de la piscina, así que apenas entramos en contacto con los otros vecinos. Pero noto cosas raras, miradas de reojo, ¿será este lugar como el edificio de Nueva York en el que se rodó la película La semilla del diablo? Mi mujer siempre se ríe de mi cuando me empiezo a poner paroico en plan “en este edificio hacen ritos satánicos” y cosas de ese tipo. Lo digo en broma, casi siempre…

En el último piso en el que vivimos nunca coincidía con el vecino de puerta. Allí vivía alguien, eso seguro, pero nunca nos cruzábamos con él. El misterio iba creciendo con el paso del tiempo, así que empecé a especular sobre quién vivía al otro lado… A veces veía como se movía su estor dia y noche, el que tenía puesto en el salón. Pero nada, no lograba ver quién había detrás.

Tenía unos horarios muy extraños, a veces salía muy temprano y otros muy tarde. Y algunas veces sonaba música muy peculiar, que nunca había escuchado antes, como marchas fúnebres. ¿Quién pone marchas fúnebres en casa para relajarse? Mi mujer empezó a asustarse, influida también por mis teorías fruto de un exceso de películas raras. Así que me exigió que me encontrase con el vecino y acabara con aquel misterio de una vez.

Un día me armé de valor y le piqué a la puerta. Cuando abrió me quedé sin habla, no recordaba cuál era mi excusa (¿pedirle sal?), empecé a balbucear, y al final lo único que me salió fue preguntarle por el  estor dia y noche. Me miró extrañado pero luego me hizo pasar, me enseñó el salón y el estor con toda la amabilidad del mundo. Yo le dije que queríamos comprar uno para nuestra casa y me lo recomendó. Al final resultó un tipo totalmente normal, al menos aparentemente… Eso sí, no le pregunté nada sobre las marchas fúnebres…