Dieta vs buena alimentación

Todos conocemos a mujeres y hombres que se pasan la vida haciendo dieta. Y todos sabemos exactamente qué ocurre. Comienzan una dieta, la siguen durante un tiempo y pierden peso. Todo va bien hasta que hay algún acontecimiento que hace que rompan con su dieta o , simplemente, se cansen. A partir de ahí, comienzan a ganar peso. En muchas ocasiones incluso más que antes. Y vuelta a empezar.

Además de que la persona pierde el tiempo y la ilusión, también daña la salud con estos cambios de peso tan constantes. Por eso, un Experto en nutrición Vigo formado actualmente, te dirá que la dieta no sirve de nada, que lo que hay que hacer es cambiar la forma de alimentarse.

Se trata de establecer rutinas que permitan comer de todo con moderación y que enseñen a la persona que no hay alimentos buenos y malos, sino cosas que pueden comerse a diario y otras que solo pueden consumirse en ocasiones especiales. También enseñarán a que se puede comer un poco de más en un día especial o cuando se sale, pero hay que compensarlo con una comida mucho más cuidada al día siguiente.

Privarse de todo lo que a uno le gusta crea ansiedad y hace que en el momento en que se toman, se haga en exceso. Pero si por el contrario sabemos que nada está prohibido, esta sensación de ansiedad ya desaparece. Lo podemos ver con ejemplos típicos, si te gustan los pasteles puedes permitirte un pastel los domingos en el postre. A cambio, cena una ensalada muy ligera. Así, todo estará compensado y no habrá un aumento de peso.

Si eres fan de la pizza, toma un trocito de vez en cuando. Acompaña tu pedazo de pizza de ensalada o de verduras a la plancha en lugar de hartarte solo con ella. De esta forma, podrás comerla e integrarla en tu alimentación saludable sin que resulte un problema.

Las patatas fritas son deliciosas y muchas personas las echan demasiado de menos cuando están a dieta. Pero pueden comerse con moderación, sobre todo si se preparan en una freidora de aire. Es cierto que el sabor no es exactamente el mismo pero, bien cocinadas, son muy ricas y una vez que la persona se acostumbre ya no echará de menos las tradicionales. Sobre todo porque estás podrá comerlas sin remordimientos varias veces a la semana sin que la báscula acuse subida.